SOLtando mi dolor

REFLEXIÓN
Libertad, Descanso, Sanidad y Consuelo generan Cambios desde el Corazón
Cuando el dolor llega, trae consigo conclusiones distorsionadas y decisiones destructivas para con nosotros y los otros. Si retenemos el dolor, corremos el peligro de mantener el ciclo destructivo y además, el riesgo de seguir viviendo engañados frente a lo que somos y lo que podemos ser. La opción de «soltar nuestro dolor» nos abre nuevas posibilidades. Al liberarnos de los sentimientos que nos han envenenado, irán cicatrizando nuestras heridas y llegarán paz y esperanza a nuestro corazón.
Hay más ganancia al «dejar ir nuestro dolor» que al retenerlo.
DESAFÍO DE HOY
Mira de nuevo quiénes te han herido; escoge una de esas personas y sigue poniéndole nombre a cada dolor, abraza ese dolor por última vez y déjalo ir… suéltalo… entrégalo a quien sí lo puede recibir…
También identifica y después desecha los juicios (reclamos, señalamientos) que han acompañado ese dolor y que has mantenido hacia tí y hacia otros…
Ahora busca el consuelo que trae Jesús a tu corazón; ese amor consolador que se lleva el dolor y lo reemplaza por una íntima presencia que trae paz y esperanza.
Recuerda que puedes dejar ir tu dolor persona por persona, porque no somos capaces de perdonar a todos al mismo tiempo; pero uno a uno nos iremos descargando y liberando de lo que hemos acumulado.
¡Al ir soltando tu dolor encuentras consuelo para tu corazón!